Generalmente la última columna del año se dedica al recuento de lo que fue el año en agonía, esta vez hagamos un esfuerzo por prever lo que nos espera el año 2021.
En periodismo no se recomienda hablar del futuro sino de hechos consumados, sin embargo, en la gestión estratégica se parte del diagnóstico situacional para proyectar la planeación de aquello por implementar; no se trata de un acto agorero, sino de un ejercicio de análisis situacional lo que exponemos en esta columna.
El 2021 será uno de los peores años en lo que va del siglo XXI y seguramente en años venideros, la razón es que se conjuntan fenómenos económicos, sociales y políticos que hacen prever será un año muy complicado para los mexicanos.
En materia de economía, macro, micro y doméstica será peor que el 2020 para millones de personas.
El desarrollo económico del país depende en mucho de la inversión pública en infraestructura, programas sociales e impulso a la inversión extranjera, estos aspectos han sido golpeados por la pandemia o por la visión del Estado mexicano que promueve la 4T.
Se detuvo la inversión pública y ese dinero se destinó al gasto corriente a fondo perdido, es decir, programas sociales como becas y apoyo con salario a empleos temporales, es dinero que si bien fortalece el consumo interno, no produce un impacto visible en la generación de riqueza o movilidad económica.
La inversión privada nacional o extranjera lleva 2 años detenida a causa de los vaivenes de las políticas públicas, no sólo se habla del aeropuerto en el lago de Texcoco del cual creo fue buena decisión. Pensemos en empresas que invirtieron en sectores como el energético y de un plumazo sus millones de dólares quedaron congelados, sin poder recuperar la inversión, ni seguir invirtiendo para generar riqueza, la inversión se detuvo y al no haber dinero del exterior queda sólo el circulante interno.
Hay además, un castigo financiero del gobierno de la 4T hacia los estados opositores políticamente a su ideología, una actitud de encono donde quienes pagan son los ciudadanos, sean o no simpatizantes del gobierno Lópezobradorista.
Si el recurso federal se detiene, mucha de la inversión en municipios y estados se paraliza, como acontece con la línea 3 del metro y otras inversiones consideradas estratégicas.
Junto a lo anterior, la economía formal de Pymes está colapsada, basta recorrer centros comerciales para apreciar las consecuencias de 9 meses con poca o nula actividad empresarial, todo porque el bicho acabó con algunos ámbitos de la economía.
Empresa que no genera riqueza, causa desempleo y caída de los recursos públicos al disminuir el ingreso por impuestos.
El 2021, serán muchos millones de pesos menos los que recauden los gobiernos federal, estatal y municipal, sin dinero no hay inversión en infraestructura ni en programas sociales. Habrá menos consumo en el 2021 por causa de una economía agotada por el bicho.
El año 2021 arrancará el primer trimestre en arraigo profiláctico, la presencia de las vacunas no será suficiente para reactivar la economía.
Al seguir las clases y otros sectores laborales desde el hogar, se pierden empleos. Pensemos en el transporte escolar, las tienditas frente a las escuelas, las departamentales que venden uniformes, útiles escolares y más. Esto es sólo un sector de la economía.
El 2021 será peor que el 2020, llega la economía cansada a seguir sobreviviendo en una pandemia que no termina por irse.
Si algo puede paliar la maltrecha economía son las campañas electorales. Aunque parezca frívolo, las campañas pueden ser apoyo a la crisis económica por llegar.
Centro de Estudio Políticos y de Historia Presente | Todos los Derechos Reservados 2024 | Aviso de Privacidad | Designed by: bioxnet