La crisis en la calidad educativa es real, ante la existencia de alumnos con rezago educativo provocado por la pandemia, la autoridad educativa debe ofrecer un programa emergente de contenidos mínimos requeridos para el aprendizaje de los alumnos en educación básica.
Las formas de implementarlo son diversas, urge establecer los conocimientos mínimos que trabajen los docentes en sus grupos de educación básica.
Tenemos menores en tercero de educación preescolar quienes jamás han pisado un aula, sus conocimientos se reducen a las tareas enviadas por las docentes del nivel mediante redes sociales y chat grupales. Claro, condicionado a que los padres de familia tengan los recursos para fotocopiar o imprimir los materiales.
Esos menores traen un rezago importante, adolecen de los conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes que la educación preescolar ofrece.
Para ellos es urgente el programa de contenidos mínimos construido con los aportes de los mismos docentes, uno que incluya las cuatro áreas de las competencias de formación integral en los menores.
La educación primaria debe dividirse en tres bloques, uno que incluya de primero a tercero, otro de cuarto y quinto y uno más con solamente sexto grado. La razón de esta división es porque luego de tres ciclos escolares complicados por la pandemia, es necesario que se retomen los contenidos básicos en los primeros tres grados de primaria.
Cuando estalla la pandemia en Nuevo León, en marzo del 2020; los alumnos cursaban el ciclo escolar 2019-2020; en ese momento estaban en primero los alumnos que hoy estudian el tercer grado. Comenzaban a dominar la lectoescritura, las operaciones básicas de suma y resta y el dominio de la seriación de números.
En este ciclo escolar 2021-2022, una gran cantidad de alumnos de tercero y segundo grado no tienen las bases para la lectoescritura, su rezago impedirá el aprendizaje de otras áreas del conocimiento.
En la entidad hay 1,654,199 viviendas habitadas, de ellas, 497,059 no tienen internet, es decir, el 30.04% de los hogares no tiene acceso a la nube. Agregue que el 51.77% de éstos no tienen computadora según datos del Inegi en su censo 2020.
La mitad más pobre no tiene acceso a la educación virtual. Los niños de esos hogares estuvieron en abandono educativo durante dos años.
La solución a la crisis educativa debe ser integral; por un lado, retornar a las aulas a educación presencial con un plan emergente de contenidos mínimos que incluya la impresión de folletos, materiales de apoyo y actividades educativas para los alumnos en su hogar.
El plan emergente de contenidos mínimos debe considerar que la lectoescritura es la base para el aprendizaje posterior en la vida y para el conocimiento autodidacta, por ello la importancia de centrar la educación en este aspecto.
La historia, el conocimiento del medio y otras asignaturas deben ser vistas mediante un programa donde se conviertan en materiales de aporte a la comprensión lectora y al razonamiento lógico-matemático.
Para los alumnos de educación secundaria, el plan emergente debe considerar un mínimo de contenidos básicos por asignatura en segundo y tercer grado. Lo mínimo de física, química, biología, inglés y así todas las demás materias.
Junto al plan emergente de contenidos se debe capacitar a los docentes en el manejo de la tecnología con fines didácticos. Que el patrón asigne equipos de cómputo adecuados a los docentes y se motive su actualización.
La crisis en los inmuebles es lo menos ante el sismo educativo que representa el rezago actual.
Centro de Estudio Políticos y de Historia Presente | Todos los Derechos Reservados 2024 | Aviso de Privacidad | Designed by: bioxnet