En términos bíblicos a Jesús lo crucifican y resucita al tercer día, en la vida cristiana, estos hechos acaban de rememorarse, en la vida política nacional no tengo certeza si ocurre tal cual.
El gobierno federal, su principal figura y el partido oficial, sufren el peor desgaste desde que surgió como partido hace aproximadamente 5 años.
La sociedad y sus problemas no son estáticos, esto se debe entender por quien aspira a vivir de la cosa pública. Por ello, 2 elecciones nunca son iguales, son multifactoriales las variables y deben identificarse las que dañan o benefician a un candidato o gobierno, esto se entiende con precisión desde la teoría y la comunicación política.
El presidente López Obrador parecía inamovible, imbatible ante la adversidad política y las acometidas de la oposición, que dicho sea de paso, no se encuentra en los partidos políticos, sino en otras esferas del poder -económico, de la fuerza armada, religioso-.
Según encuestas publicadas, tiene dos meses en caída, está en el ojo del huracán, casi en condición de linchamiento o crucifixión por algunos grupos quienes hablan de votar en 2022 la revocación de mandato, un juicio sumario, equiparable al del Mesías -creo al presidente le gustará la analogía pues se asume uno de los grandes iniciados-, la pregunta obligada es si resucitará al tercer, cuarto o quinto día.
En 2 meses; una de las encuestas señala que la aprobación presidencial cayó de 77 a 60 puntos, no está mal en la calificación absoluta, lo angustiante para los morenos es que su líder merme 17 puntos en 60 días. Es una caída a plomo que habla de una crucifixión o linchamiento político en la percepción que el soberano tiene de su mandatario.
Otra casa encuestadora señala algo similar, 15 semanas de caída en las preferencias del presidente, se ubica en 46% de aceptación.
No se trata de saber si una encuesta es correcta o no por los números absolutos, sino que en los rangos y proyecciones son similares, por ejemplo, en la segunda casa encuestadora, en enero tenía un 57% de aprobación y cae a 46%, una disminución de 11%, si se compara con la primera casa comentada, en ambas la caída es similar, 17 u 11 puntos porcentuales, el comportamiento es el mismo.
La primera casa encuestadora, además mide la aprobación de Morena como partido político, igual se refleja una caída a plomo en la imagen del partido, en 2 meses cae de 33 a 18% de las preferencias. En abono al partido hegemónico, se puede decir es el que mayores preferencias presenta, aunque el único con caída, la oposición, entiéndase PAN, PRI o PRD, siguen muy abajo, pero estables, el primero con 18% y los otros rondando el 10% de aceptación.
Las políticas implementadas por el presidente en materia de salud son su crucifixión, esperemos a saber si al término de la pandemia, o antes con algún anuncio espectacular, «creíble, innovador e implementable», lo hacer resucitar.
Gana AMLO en el 2018 por los problemas de inseguridad, acompañados por la crisis en los bolsillos de la gente, provocada por los gobiernos de Calderón y Peña; a menos de 2 años de su triunfo, hoy los temas disruptivos, controversiales, dignos para ser retomados por la oposición en las campañas electorales son: salud y reactivación económica.
El presidente y su equipo no leyeron las señales, siendo campañeros, no leyeron que el epicentro de los intereses en la población se mueve hacia la salud, la economía doméstica y la generación de empleos.
De seguir la tendencia, el gobierno federal y su líder tienen un gran problema estructural, la puerta de entrada para refrendar su hegemonía en San Lázaro se desmorona, Morena entra en la zona de competitividad con los adversarios, en territorios donde ni la imagen presidencial ni el discurso populista les salva de la derrota potencial y la pérdida de la mayoría absoluta que mantiene en el Congreso federal junto a sus aliados.
¿El liderazgo caudillista del presidente resucitará o se quedará en la actual crucifixión política?, ¿Podrá Morena enfrentar la envestida electoral venidera?
Es pronto para responder, según las encuestas, la caída es permanente y constante en la imagen presidencial y de Morena, su partido. De seguir así, nada está escrito en el 2021. Esto confirma que en política, cada elección es diferente.
Centro de Estudio Políticos y de Historia Presente | Todos los Derechos Reservados 2024 | Aviso de Privacidad | Designed by: bioxnet