Decisiones burocráticas

9 diciembre, 2020 | publicado por:staff

El gobierno del estado anunció el pasado jueves un cierre total del sector productivo y de servicios para los fines de semana en diciembre, al menos los primeros tres del mes; son decisiones burocráticas, propias de servidores públicos encerrados en las cuatro paredes de su oficina y divorciados de la realidad.

Son disposiciones burocráticas de un gobierno que se declara derrotado frente a la pandemia, aislado de los sectores académico, productivo y laboral.

La resolución unilateral del gobierno de Jaime Rodríguez no tiene sustento, no surge del consenso ni la expresión de especialistas quienes expliquen sus beneficios.

Se pone de rodillas a la maltrecha economía de pequeños y medianos comerciantes, la economía doméstica en las familias y, por consiguiente, el desarrollo en la entidad.

Luego de ocho meses y medio de restricciones por el bicho, apenas comienza a reestablecerse la economía; eso es evidente al ver la circulación de gente en calles y comercios. Es cierto que la concentración de personas favorece los contagios, pero la disposición emitida no aporta a la crisis.

Muchos negocios del giro restaurantero, vestido y comercio informal ven en esta temporada el momento para recuperar algo de sus ingresos con lo cual poder cubrir los gastos de la temporada y mantenerse vigentes el próximo año 2021.

Separan a lo largo del año un remanente para cubrir aguinaldos, primas vacacionales e impuestos; la pandemia les impidió hacer el guardadito para la cuesta financiera Guadalupe-San Valentín, porque ésta es más larga que la de festividades.

Para ellos, las potenciales ventas de temporada resolverían los números rojos o al menos abonarían a sus finanzas para cubrir aguinaldos, ahora no sólo no tendrán para cubrir aguinaldos, seguramente incrementarán los despidos, que ya de por sí en estas fechas son normales en algunos ámbitos de la productividad.

Los giros del comercio formal en pequeño y el informal quedaron «descobijados», muchos surtieron la mercancía que consideran de mayor venta en la temporada; para ellos la resolución del gobierno de Jaime Rodríguez es una bofetada, una forma de abonar a su sufrimiento.

Imagine usted a los oferentes en pulgas y mercaditos ambulantes quienes surtieron para las ventas navideñas, ahora no sólo deben ver cómo cubrir la deuda con los proveedores, también el pago de rentas en los locales (dentro de las pulgas o negocios establecidos) y el gasto mismo de sus hogares pues muchos de ellos viven al día.

Triste navidad receta el gobierno de Nuevo León a las familias de taqueros, restauranteros, comerciantes informales y ambulantes, a los propineros y por supuesto a todos los sectores de la economía que se paralizan al no haber circulante de dinero.

Por supuesto, los salarios de funcionarios de alto nivel siguen su curso, para ellos no hay pandemia, y qué bueno, pues no son culpables de las pésimas decisiones burocráticas de Manuel De la O y dos o tres burócratas de oficina.

Sí a políticas públicas que favorezcan la salud y eviten contagios, pero luego de ver el trato diferenciado entre camioneros y comercios, queda claro que no es la salud la prioridad del gobierno estatal.

¿Habrán pensado qué pasaría con miles de familias que cobran su salario los sábados y donde, por ser sueldos bajos, surten su despensa el mismo día o al siguiente? Para ellos, además de golpear su economía les impacta en la despensa familiar.

Gran solución, cerrar el fin de semana y que vayan entre semana a los negocios. ¿Y la saturación?

¡Triste navidad para miles de nuevoleoneses!

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