El juicio a expresidentes

22 septiembre, 2020 | publicado por:staff

El presidente de México abrió la semana con la sonaja del juicio a los expresidentes del país.

Un distractor ante su informe de poco valor público y los descubrimientos sobre irregularidades en su gobierno.

Enjuiciar a los expresidentes del país es una demanda popular desde que fui niño, en los 80 se pedía contra Luis Echeverría Álvarez, culpable de las devaluaciones que terminaron con el dólar en un precio de $21,000 pesos por dólar (aproximadamente) a cómo se cotiza hoy día.

López Portillo, recuerdo, se fue a vivir a España y la nota fue que al llegar a un restaurante, comensales mexicanos quienes se encontraban en el lugar se salieron en repudio a la presencia del político filósofo.

Con Miguel de la Madrid no fue tan violento el asunto, la crisis principal contra él se centró en su inactividad ante los daños del temblor en la Ciudad de México y el inicio de la mal llamada etapa neoliberal en los gobiernos del país.

La presidencia de Carlos Salinas de Gortari trajo estabilidad económica, su sexenio dio paz a la inflación. En ese entonces el dólar rondaba los $3,000 pesos y las monedas carecían de uso, era más barato usar un peso como roldana que comprar una, llegaron a existir billetes de $50,000 y $100,000 pesos.

Salinas inventa el peso azteca, que terminó llamándose peso solamente y le retiró tres ceros a la moneda, congeló los aumentos salariales de los trabajadores e inició la etapa de pérdida radical en el poder adquisitivo de los trabajadores, su estabilidad fue efímera, pinchada con alfileres.

Después de su huelga de hambre contra Zedillo, migró a Irlanda donde vivió y quizá viva aún. Evidentemente, su salario de presidente, como con López Portillo, no alcanza para vivir en el extranjero, en el caso de Salinas, un país con altos costos de vida; no hay duda que se debió investigar su riqueza.

Con Zedillo pasa algo similar, la diferencia es que lo hicieron miembro de los consejos en empresas de las cuales privatizó, supo disfrazar su riqueza, lo cual no implica que no obtuvo ingresos extraoficiales.

Fox es un caso sui géneris, como presidente invirtió dinero público en su rancho bajo la excusa de que ahí recibiría a mandatarios de otras naciones, los hijos de su esposa Martita fueron tan famosos como los actuales del presidente López Obrador, quienes hacen negocios al cobijo del poder.

Calderón y Peña Nieto sin duda merecen juicio por enriquecimiento inexplicable, por empobrecimiento del país y por implementar políticas públicas nefastas para los mexicanos.

Los expresidentes sí merecen un juicio por daño a la nación, la pregunta es ¿Quién le pone el cascabel al gato?, ¿La 4T y sus funcionarios gozan de legitimidad y autoridad moral, esa tan de moda actualmente, para erigirse como jueces?

El juicio a los expresidientes es una cortina de humo, los del siglo pasado que llegan hasta Zedillo no alcanzan cárcel, a lo mucho la sanción pública y esa ya la vivieron, la amenaza de juicio les preocupa lo mismo que a Juárez el viento. Incluso, si se pudiera enjuiciar por delitos al patrimonio público cometidos hace 10 años, a

Calderón se le revisarían sólo dos años de su gobierno, pero la ley no aplica o no debería aplicar a gusto de los juzgadores sino conforme a lo que reza su texto, en el caso de Calderón, cualquier delito patrimonial ya caducó.

Al único sobre el cuál podrían ejercer acción los juzgadores es Peña Nieto, pero ese, ese es brother de AMLO y como la frase que adjudican a Juárez: «A los amigos justicia y gracia», si no, vean a Emilio Lozoya.

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