Elecciones COVID-2021

4 abril, 2020 | publicado por:staff

El bicho coronavirus llamado Covid-19, impactó en todos los ámbitos de los países, estamos atentos al problema de salud pública, a la mortalidad que provoca, la falta de recursos para contener su propagación y el impacto económico en lo macro y lo micro.

Estamos pendientes del presente, pero es momento de leer los discursos oficiales y recuperar el metamensaje. Según López, no el presidente, sino el médico medieval Gatell, la fase de contagio se extenderá hasta septiembre, ya tenemos un nuevo problema al que no hemos atendido, la gobernabilidad de México y las elecciones intermedias del 2021.

Algunos han hablado de las elecciones locales en Coahuila e Hidalgo que se jugarán en junio de este año, son importantes sin duda, pero insignificantes frente a la contienda en donde 14 o 15 entidades renovarán sus gobiernos estatales, alcaldías, congresos locales y todo el país, el congreso federal.

Se dice es la «madre de todas las elecciones», la más grande en la historia, dejemos ese discurso de lado, cada elección será la más grande mientras tengamos un sistema electoral concurrente entre lo federal y lo local pues el padrón de electores crece cada minuto.

En septiembre inicia el año electoral 20-21; concluye en agosto del siguiente año con la solución a las controversias presentadas, para el arranque de este proceso aún será el bicho COVID-19 un factor de riesgo, según el médico del medioevo.

Pensemos que el Consejo General del INE se reúne y decreta iniciado el año electoral, sesionan física o virtualmente y toman acuerdos. Para ese momento hay un titipuchal de trabajo en escritorio no visible el cual, de no haber las condiciones de salud, difícilmente se concretará.

Hay quienes opinan que se pospongan, cancelen o posterguen las elecciones, nada más peligroso en la vida democrática. Así como la salud humana es la prioridad, la salud social y política en un sistema democrático inicia por la garantía de elecciones en tiempo y forma.

La Constitución garantiza que al término del período para el que fue electo, todo funcionario sea del poder ejecutivo o legislativo, a las 23:59 horas del último día, cesa en su cargo, a las 0:00 horas ya no es servidor público; lo cual es un logro democrático pues elimina la tentación de enquistar dictadorzuelos en el poder.

En contraparte, hay un riesgo latente de dejar acéfalo uno de los poderes de la República, el legislativo.

Pueden confiar los especialistas del derecho electoral que la sala superior del poder judicial o lo que conocemos como Trife deberán resolver conforme a derecho esta contingencia, pero, la verdad, ¿Usted le confía al poder judicial sus resolutivos en materia electoral?, yo igual a Usted.

Falta saber, si el gobierno federal, en una estrategia maquiavélica no toma la decisión de mantener la suspensión de actos masivos durante todo el año 2020; con ello pone en aprietos a los partidos políticos quienes tienen la obligación de seleccionar por asambleas de  militantes las convocatorias y la selección de candidatos.

Junto a lo anterior, el COVID-19 será un tema central en el 2021, la forma en la cual ha respondido el gobierno federal y le ha costado aceptación popular será tema de campaña, ¡al baile vamos!

Agregue a lo anterior, la respuesta que tomen los gobernadores en las entidades con relevo en el ejecutivo estatal sobre la actual contingencia y cómo impacte en sus simpatías con miras a junio del 2021.

Falta saber si el INE se atreverá a insistir en las elecciones virtuales o mediante urnas electrónicas, proyecto que lleva años y se ha detenido por el peligro que representa a la legalidad electoral y la seguridad democrática.

Esperemos no se llegue a las urnas virtuales, en estos tiempos las triquiñuelas que se gastan los partidos y la misma autoridad están a flor de piel, imagine lo que pueden hacer en un cuarto encerrado donde una persona y los servidores computacionales cohabitan como uno mismo.

Está probado que el voto electrónico no es seguro, si en 1988 se «cayó o calló» el sistema, con Bartlett activo, puede suceder una tragedia electoral si le confiamos a la tecnología lo que debe seguir siendo un trabajo humano.

COVID-19 es presente y futuro, seguirá infectando en el 2021, pero no sólo a las personas, también a la democracia, esperemos haya cura para entonces, cura de alivio, no de santos óleos.

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