Feliz Navidad 2020

4 enero, 2021 | publicado por:staff

Es la última columna Política e Historia antes de la Nochebuena y Navidad 2020, imposible desperdiciar la oportunidad de convocar a las reflexiones que motivan estas festividades religiosas en las que, seas o no creyente, resurge el espíritu de armonía, reconciliación y amor, que contrasta con el estrés de quienes buscan el regalo para la pareja, padres o hijos.

Inició el bicho luego de un supuesto caldo de murciélago preparado en China, de ahí se diseminó el virus como polen al viento, mucho se dijo sobre su origen, hoy poco importa si lo crearon como arma biológica los chinos, rusos o norteamericanos; tampoco si fue un plan orquestado por los farmacéuticos para vender millones de vacunas.

Pocos creen la versión del pariente de Batman, quien en el caldo transmitió la enfermedad, pero todos estamos dispuestos para apoyar a los gobiernos en cuanto a la adquisición de las dichosas vacunas, incluso sin importar si al vacunarte con la rusa te vuelves Putin o con la china puedes recibir una dosis pirata.

Llegó a México en febrero y pasó a Nuevo León en marzo 11 con el primer caso confirmado en una persona de San Pedro quien lo trajo de EUA, de ahí a otros casos similares y finalmente sin distingo a ricos, pobres, adultos o niños.

Han pasado nueve meses y el bicho lejos de agotarse se muta, hoy se habla de una nueva cepa más virulenta en Inglaterra, no sabemos a dónde va a parar y si el mundo en su formato actual de economía resistirá un año más.

Estamos en las pascuas de Navidad, es momento de reflexionar, redirigir el rumbo, evaluar el año, lo hecho y aquello que dejamos de hacer, redimensionar a lo que definimos como importante y valioso; tener nuevos indicadores para establecer los parámetros de placer, alegría, éxito, satisfacción, felicidad y equilibrio emocional.

Todos hemos perdido en esta pandemia, unos más que otros, algunos en lo material, en lo económico, otros en su salud y los más afectados, la vida de un ser querido a quien ni siquiera pudieron decir adiós.

Las primeras semanas de confinamiento se tomaron como un receso en el acelerado ritmo de vida que muchos vivimos, se aceptó con resignación la paralización de la economía, luego vino la fase dos, la del sufrimiento por hambre en los hogares, quienes perdieron escuela, servicios, empleo, vivienda y otros bienes por causa de la crisis económica extendida por casi un año.

A la pandemia se debió agregar el uso político que se le da; lo mismo por los oficialistas que por los antioficialistas. Respuestas que serán parte de la historia del futuro como aquellas: «La pandemia nos vino como anillo al dedo»; «con una imagen religiosa me protejo»; «la fuerza moral del Presidente le protege de la enfermedad» o esa del gobernador de Puebla: «es una enfermedad que sólo contagia a ricos, a los pobres no nos da».

Tendremos una Navidad diferente, aislados de los seres queridos, pero no para todos será diferente; hay miles de personas que tendrán una Navidad normal, adultos mayores, niños en situación de calle, gente sola y más quienes en su cena de Navidad no cambiará nada, su plato seguirá vacío, frío, sólo.

Miles de nuevoleoneses, quienes con pandemia o sin ella, no tendrán un abrazo cálido y amoroso, nadie quien les brinde un beso esperanzador.

Que nos asuste esta Navidad porque nos pone frente a la realidad de tantos quienes no pueden leer esta columna de hoy; que nos asuste la miseria ajena y sirva este aislamiento para generar empatía con los solos, los pobres, los olvidados.

Agradezcamos que podemos celebrar la Navidad y con ella una oportunidad de ser mejores.

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