El gobierno de Nuevo León parece desorientado, todas sus acciones se encaminan a destruir su propia imagen, lo mismo entre sectores productivos como con la burocracia.
Han transcurrido dos fines de semana en donde el comercio en Nuevo León se paraliza porque el secretario de Salud, Manuel de la O, juega a sentirse importante, a ser estelar con miras a una potencial candidatura que le dé salvoconducto luego de 2021.
Gracias a las decisiones burocráticas de los funcionarios quienes acompañan a Jaime Rodríguez, hoy el comercio formal de la entidad se debate entre cerrar o intentar sobrevivir a nueve meses de pandemia.
Los comerciantes en formal lanzan un grito de auxilio para que alguien haga recapacitar al gobierno Independiente, para que se les meta en razón sobre las incompetentes medidas tomadas para enfrentar la pandemia.
Es un área de oportunidad para los munícipes en campaña quienes pueden anotarse una estrella con la población al atender sus demandas.
Junto al ámbito del sector productivo donde se aglutina el 40% de la planta laboral, se encuentran en rebeldía los burócratas estatales y los maestros; a éstos les amenazó con postergar el pago de sus aguinaldos.
A los más de 25,000 empleados al servicio de la educación estatal se les amenaza con fragmentar su aguinaldo, pagando dos terceras partes en diciembre y el tercio faltante en enero.
Para los trabajadores al servicio del Estado se les paga un mes de aguinaldo en diciembre y el otro mes en enero; esto habla de la maltrecha economía estatal y la falta de recursos en las arcas públicas.
Pareciera que el gobierno de Nuevo León busca esconder con sus anuncios, la falta de capacidad de quienes administran las finanzas. Para nadie es secreto que diciembre sería un mes difícil para todos: sector productivo, de servicios y público.
Aniquilar al sector productivo, el que genera impuestos, el que hace andar el motor de la economía, no es la mejor solución. Menos cuando esperan con ansias esta temporada del año, la de compras decembrinas.
Por su parte, los burócratas están molestos, la última semana de trabajo antes del periodo vacacional, se les anuncia que no contarán con los recursos esperados para comprar carro, pagar colegiaturas, adquirir vivienda, liquidar deudas o hasta para algún lujo como comprar computadoras a los hijos; nada, todo se posterga porque el tesorero del gobierno Independiente no supo que no tendría dinero en diciembre.
Entre las decisiones cargadas de incompetencia del médico de la O y la falta de previsiones en Tesorería, la economía de la entidad se paraliza; falta escuchar a los siguientes damnificados: los gobiernos municipales.
La mayoría de los ayuntamientos, por no decir todos, esperan en diciembre el adelanto de las partidas presupuestales para cubrir los compromisos contractuales como el aguinaldo de sus burócratas.
Para los municipios el anuncio del gobierno de Nuevo León es un balde de agua helada, los que pueden obtener créditos bancarios a cambio de posteriores partidas se salvarán, lo mismo aquellos ayuntamientos quienes hicieron guardadito a lo largo del año, estos son los menos.
Hay municipios que no tienen capacidad crediticia para endeudarse, esos están ante un potencial amotinamiento de sus empleados pues ni para los policías tendrán dinero.
El gobierno ha tomado decisiones desorientadas y convulsiona a la población, aquello ganado en imagen en su pleito contra la 4T, lo derrocha en unos cuantos días, todo por un financiero que no previó la crisis presente.
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