Iniciado el mes de septiembre es mandato de ley que las diversas autoridades (titulares del ejecutivo) vayan armando lo que se conoce como sus informes de gobierno, en ellos rinden cuentas al pueblo de los trabajos que han desempeñado durante el año anterior.
Esta situación que sirve más para alardear sobre proyectos personales, maquillaje de resultados y presentaciones a modo, la ven y asisten sólo los interesados o los obligados a estar. Pues si bien, al público en general, al vecino de la colonia vulnerable que tiene que tomar 2 camiones para llegar a su trabajo y cumplir con una jornada laboral de 8 horas o más ciertamente no le queda tiempo, interés o energía para saber ¿qué es lo que está haciendo su gobierno?
No obstante si le toca enfrentarse a todo lo que no hace, como lo es la falta de un transporte público de calidad, calles repletas de baches, plazas públicas en abandono, carencias en salud y una deficiente infraestructura para impartir educación, todo lo anterior perfectamente descrito en nuestra constitución.
Lo que va del año no ha sido tarea fácil para nadie, pues hoy además de sufrirla el pueblo, también la sufre el propio gobierno, pues al colapsar los empleos y la salud, le toca entrarle de lleno al tema exprimiendo hasta el último centavo que sus finanzas puedan tener. Es en esta situación donde por muy rico que sean los gobiernos, son pobres, deficientes y vulnerables.
Hoy el titular del ejecutivo federal nos expuso la situación en la que se encuentra México, su guion no ha cambiado, seguimos culpando a los conservadores de todo y como cereza se dice que no se han logrado grandes cosas porque la pandemia ha detenido la transformación.
Su mensaje es irrelevante ante un México contagiado, lacerado sin esperanza de empleo, de salud… la esperanza que predicó hoy se ve mermada por lagunas mentales y cambios de datos abruptos. Se esperaba a un presidente enérgico con voz de experiencia en el servicio público y resaltando la esperanza de que su gobierno hoy está más vivo que nunca; el Viva México hoy se fue al vacío.
Quienes habrán de rendir su informe deberán ser cuidados, pues además de verse obligados a tener que cambiar y limitar su estilo de informar, deberán enfrentarse a la dura crítica e interrogantes sobre los gastos que han realizado para enfrentar las crisis que se tienen en puerta y aquí es como dice el dicho “donde la puerca tuerce el rabo” pues seguramente habrá información muy volátil que después se tendrá que corregir.
México como hace más de 200 años necesita de los mexicanos, su pueblo se enfrenta a grandes retos y como tal merece a grandes líderes que puedan hacerle frente en todo sentido, innovando, atendiendo y transparentando su forma de gobernar.
México es grandioso y aunque somos bien parranderos el mensaje trillado es obedecer, cambiar y trascender, cada quien, desde su casa, participando, educando y atendiendo las recomendaciones que las autoridades emitan.
La culpa no es toda del gobierno, tomemos lo que nos toca y hagamos historia “que el amor sea nuestra próxima pandemia”.
¡Viva México, Viva N.L. y que viva Monterrey I´Ñor”
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