La muerte de Moctezuma II marcó el principio del fin del imperio mexica, asumió el poder Cuitláhuac y le siguió Cuauhtémoc, quien fuera el último emperador del período independiente en el imperio, no el último emperador.
Moctezuma II muere en junio 29 de 1520, un año y dos meses después caía el imperio que ayudó a construir durante casi dos décadas. Eduardo Matos
Moctezuma escribe en Pasión y muerte de Tenochtitlan: «Después de un asedio de tres meses de la ciudad mexica y su vecina Tlatelolco por parte de las fuerzas peninsulares y sus aliados indígenas, caía la otrora orgullosa Tenochtitlan…».
Así fue, el imperio cedió ante tres potentes enemigos, dos extranjeros y uno cobrando afrentas: la viruela, el ejército de Cortés y los ofendidos tlaxcaltecas.
La conquista de hace 500 años, la iniciada en 1519 y concluida en 1521, no puede dimensionarse a fondo sin estudiar al gran emperador Moctezuma II, un personaje de quien se conoce poco en su última etapa y menos se pueden entender sus decisiones frente a Cortés.
Hay al menos tres versiones sobre su actuar frente a los invasores y su timorata reacción.
Una es la fabricada por Cortés, Bernal Díaz del Castillo y otros donde señalan que Moctezuma en su primer encuentro, el 8 de noviembre de 1519, se sometió a Cortés reconociendo en el rey Carlos I de España a su monarca y en el Dios de los cristianos a un Dios superior a los suyos.
Otra versión es la reconstruida por fray Bernardino de Sahagún y otros quienes traducen los códices prehispánicos y justifican la debilidad del emperador mexica porque confundió a Cortés con Quetzalcóatl, lo creyó un Dios viviente.
Michel Graulich en «Moctezuma, apogeo y caída del imperio Azteca» escribe: «La creencia en ese retorno anunciado habría facilitado considerablemente la conquista, al desmoralizar a los aztecas y en particular a Moctezuma, a quien algunos pintan como una suerte de Hamlet exótico».
Según Matthew Restall, los escritores de la versión pro indigenista fabrican no una versión a favor de Moctezuma II, sino una justificación que explique su actuar dócil y sumiso frente a Cortés y los suyos.
El mismo Restall en su obra «Cuando Moctezuma conoció a Cortés» establece una tercera versión, cree que el emperador, siendo aficionado a coleccionar animales y plantas exóticas, poseedor de un enorme zoológico, quiso estudiar a los españoles, pero se salió de control su trabajo de observación.
Moctezuma supo de Cortés desde antes de la fundación de Veracruz, le fue siguiendo, envió emisarios a diferentes encuentros y en todos ellos, cedió terreno al europeo.
Finalmente, las versiones que tenemos sobre el encuentro, son las de Cortés y Díaz del Castillo, ellos aseguran que Moctezuma se sometió al rey de España y al Dios, de esa se vinculan las versiones pro Quetzalcóatl que justifican su debilidad.
Las tres versiones sobre la conducta del emperador mexica son incompletas, inverosímiles; cómo creer en el fanatismo teológico de un emperador que se sentía por sobre los dioses, un conquistador que comía niños, mujeres y hombres.
Si en su caso, la religiosidad fue tal, no lo era de un Dios del amor, por tanto, someterse no debió ser parte de la liturgia teológica.
Un emperador que atemorizaba a propios y extraños, a quien se rendían los reinos cercanos excepto Tlaxcala, al que odiaban por intransigente con los conquistados, el guerrero asesino. Resulta difícil aceptar la versión del sometimiento voluntario.
Luego, permitir vejaciones a él y su gente, aceptar los grillos y el saqueo sin poner freno, no parece el mismo de quien escriben cuando hablan de un emperador duro.
Mucho de oculto en los últimos meses de vida de Moctezuma II, en sus reacciones contra quien destruyó frente a él a sus dioses, dudas en su mínimo actuar frente a quien lo avasallaba en cada momento; falta escuchar la versión de Moctezuma para entender los hechos entre el 8 de noviembre de 1519 y agosto de 1521.
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