El gobierno de la 4T puso el cascabel al gato, aborda el tema de las pensiones a los trabajadores formales y con ello la discusión por el peligro de colapso existente en el sistema de afores.
México mantuvo un esquema de jubilación y pensión basado en aportaciones tripartitas donde el IMSS administraba la seguridad social.
A partir del 1 de julio de 1997, entró en funcionamiento el modelo donde se modifica el régimen de pensiones y jubilaciones para establecer las Afores y las cuentas individuales.
Según un estudio de 2004 de la Cámara de diputados, el cambio de régimen de un sistema regulado desde el gobierno al de afores respondió a la inviabilidad financiera del sistema anterior, y al supuesto argumento donde se fortalecería el ahorro nacional, en la formalización del mercado laboral y en el desarrollo de los mercados financieros; toda una falacia.
El anterior sistema permitía una mínima pensión, paupérrima en los casos de salarios bajos, así como la certeza de servicio médico vitalicio, el cambio a las Afores se volvió un esquema para saquear el futuro de los mexicanos.
En las Afores se vivió hasta el año 2009, aproximadamente, una rapiña entre las Afores donde ponían a vendedores a capturar personas para sus afores, bajo el argumento de supuestos beneficios.
Las Afores tenían una red de empleados en la que quien concretaba la firma del usuario para cambiarse de cuenta ganaba, al menos, $100 pesos por cada trámite y de ahí hacia arriba en la escala de mando se distribuían cantidades que llegaban a los $4,000 o $5,000 pesos, una estafa porque todo ese dinero salía de la cuenta del trabajador embaucado.
Se legisló para controlar el robo de cuentas entre Afore y Afore, pues en un mismo mes, al trabajador le podían cambiar un par de veces su cuenta individual con daño a su patrimonio para el retiro.
Increíblemente, la ley está diseñada para que el banco o Afore, se quede con la mayor parte entre las utilidades de los trabajadores.
Nadie reparó en arreglar esta rapiña pues faltaban años para que los trabajadores padecieran esta forma de robo a su vida laboral luego de 30 o más años de trabajo, al pretender su retiro, descubrirían que su cuenta no daba para una jubilación digna, decorosa y suficiente para mantenerse en el retiro laboral, aunado a que ésta puede terminar antes de morir la persona, además de perder la seguridad social en servicios médicos.
En siete años o menos, veremos el fraude en el cual se convirtieron las Afores; comenzarán las jubilaciones y retiros con las cuentas individuales y aquellos trabajadores quienes esperan una jubilación, recibirán un balde de agua.
Un ejemplo, quien gana actualmente entre $10,000 y $15,000 pesos recibirá un monto aproximado a $3,000 y $5,000 pesos, un 30% o menos de lo que devengaba en su salario; imposible subsistir con ese ingreso, en automático esa persona cae en un rango de pobreza.
El Coneval considera que una persona requiere más de $11,000 pesos para vivir con calidad suficiente, los jubilados de afores estarán en rangos de miseria, propensos a enfermedades y con la seguridad social acotada.
La estrategia para mejorar las pensiones se percibe como beneficio, habrá que ver si el esquema planteado funciona, pues ni el salario del trabajador aguanta más descuento, ni las empresas pueden pagar más por los salarios.
Un trabajador que gana $10,000 pesos, cuesta entre $13,000 y $14,000 a la empresa, el nuevo régimen propuesto afectará sus economías, debemos estudiar la iniciativa pues la 4T puede estar sepultando las jubilaciones.
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