El Instituto Nacional Electoral (INE) renueva parte del consejo nacional, para ello se formaron cuatro quintetas de aspirantes, dos de mujeres y dos de hombres, entre ellas debe elegir el Poder Legislativo con apoyo de académicos.
La renovación ha motivado un manoseo sin pudor, arrebatos y el interés del partido hegemónico por controlar este espacio como lo ha hecho con otros organismos autónomos donde pone esbirros, es el caso de Derechos Humanos y Piedra Ibarra.
El peligro no es para el INE, es para la democracia mexicana, existe el riesgo de matar a la democracia desde la misma democracia. Aniquilarla desde la legalización de la ilegitimidad.
El INE es una de las instituciones peor manejadas por sus presidentes consejeros, una vergüenza de servidores públicos, la evidencia de la descomposición política en el país; con todo y ello, es preferible el INE que tenemos a que pierda su autonomía formal para volverse un apéndice de la 4T.
Frente a la imposibilidad de contener su caída en las preferencias electorales, la 4T recurre desesperadamente a todas sus cartas, lo mismo acude a EUA con Trump para presentarse en forma abyecta con un discurso de sometimiento que recurre a su carta bajo la manga llamada Emilio Lozoya.
No es ilegal la actitud del gobierno federal en cuanto a EUA o Lozoya, en su caso es ilegítima, pues muchos de los votos en 2018, los obtuvo por un discurso contrario a su actual conducta, por presumir una moral pública que hoy parece derrumbarse ante la desesperación de perder simpatías.
En ese contexto se vive la renovación de consejeros del INE, en un marco donde la 4T pretende controlar todas las variables rumbo a la elección de 2021.
De nuevo los ciudadanos quedamos a merced de los legisladores federales, en espera de que la oposición no se merque, no les hagan «mano de cochino» por pecados del pasado o vínculos con Lozoya y no antepongan su próximo puesto al interés superior del país.
Estamos los mexicanos a expensas que los diputados de Morena y afines, no cedan a la seducción por controlar el INE con lo cual, la democracia recibe una estocada en órganos vitales.
Dirán los amlofílicos, para ya no decirles chairos, que eso hicieron el PAN y PRI cuando se robaron la elección del 2006, por ello, AMLO tuvo que enfrentar a la mafia en el poder encabezada por el personaje de comedia llamado Vicente Fox.
Respeto su queja, más no por ello se deben comportar igual, la actitud de los 4T refleja revanchismo, poco amor por México y la certeza de que son tan innobles como a los que se expulsó del poder en 2018, arribistas y ambiciosos como el peor de los anteriores.
Es tiempo que los mexicanos unamos esfuerzos por salvar al INE de la tentación del gobierno para volverle su brazo operativo electoral; es tiempo de terminar también con las componendas donde las fracciones legislativas se dividen los consejeros como si fuera reparto de un botín pirata.
Si en poco quieren a México, que se elijan verdaderos ciudadanos en el INE, no más de las mafias actuales o venideras. Que se le blinde con leyes electorales justas y ecuánimes.
No más de los mismos, basta de tener una camarilla enquistada en la llamada burocracia ciudadana.
Por Nuevo León, hay una persona inscrita. Necesitamos rostros confiables en una institución que requiere transfusión de plasma.
Ojalá la 4T aproveche su oportunidad histórica para hacer lo que sus antepasados no hicieron, para probar que es de una madera distinta a los anteriores y no más de lo mismo que despreciamos los ciudadanos.
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