La comunicación política requiere expertos en su manejo, por años se ha considerado que los mercadólogos son adecuados para manejarla pues el principal interés es lograr una campaña de difusión exitosa.
Hace 20 años Carlos Alazraki, el entonces publicista de Roberto Madrazo dijo que para él era lo mismo promover la imagen de un político que un refresco embotellado o un pastelillo, hizo una campaña mediática exitosa con Madrazo, pero al impactar políticamente se derrumbó el proyecto.
La comunicación política implica entender el contexto, sentido de oportunidad, mensaje, emisor, canal de comunicación, receptor y una gran dosis para difundir los contenidos en el momento apropiado, a Samuel García le fallaron algunos de estos aspectos, por ello la crisis de comunicación que tiene.
Se debe entender que la comunicación política lleva una dosis de formalidad, aunque esto parece haberse perdido con las campañas denominadas políticamente incorrectas que han aplicado algunos políticos en forma exitosa.
Samuel no trae consigo toda la popularidad, no es el joven espontáneo de hace unos años a quien todo se le aplaudía, aquél a quien otros jóvenes veían como modelo conductual en las redes sociales.
Viene del desgaste en su comunicación política, luego de un golpe en su imagen, además del revés esperado y jurídicamente previsto respecto a la resolución contra el gober Jaime Rodríguez; agregue que su compañero de fórmula creció y lo superó.
Las redes sociales hicieron de Samuel un fenómeno de la mercadotecnia por este medio, todo se le aplaudía, era popular, algo así como el carismático en la prepa con quien todas quieren ir al baile, pero se acabó la fiesta y no supo medir los tiempos.
El mismo hecho del supuesto enojo porque su esposa muestra la pierna, en otro momento habría sido aplaudido, pero, no son tiempos de popularidad para García.
El video, en lo personal, me parece montado, un sketch donde ambos manejaron su guion, pero se da en mal momento para el político quien lleva varios descalabros, el más reciente, la agresión que sufrió por miembros del sindicato petrolero en Cadereyta.
La comunicación política es mucho más que un «like» en las redes sociales, o un video viral y un meme gracioso, implica el metamensaje, lo que subyace tras el mensaje mismo, de lo contrario será un momento más en las redes sociales como cientos que las inundan a diario.
Se ha dicho que la vida privada debe quedar de lado en la política, es el caso del presidente López Obrador quien prefirió sacar de reflectores a su esposa por su poca habilidad para manejarse en la rudeza del golpeteo comunicativo.
Meses atrás, AMLO ordena a su esposa desdecirse en un tema sobre el feminismo y salió bien librado, en su caso, con algunos magullones, nada de importancia, hoy Samuel es linchado por su expresión misógina.
Tiene muchos detractores y el dislate alimenta al golpeteo, están cobrando facturas a las afrentas del pasado, nada ajeno a la cotidianidad política, pero Samuel estaba acostumbrado a atacar, a embestir, no a ser el arrollado.
Metió su vida privada e íntima en el argot político y paga las consecuencias, descubrió que no tiene amigos; Donaldo asestó la estocada de muerte, hace pública una carta privada donde destroza a Samuel; tampoco nada nuevo, en política se hace leña del árbol caído y se devora a la presa herida, eso hizo Colosio.
Ojalá Samuel se levante de este golpe y aprenda que la comunicación política, es más, mucho más que un video viral en redes sociales y un corazón en el muro de Instagram.
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