Terminó el encanto de López

2 julio, 2020 | publicado por:staff

Al inicio de la pandemia, el gobierno de López Obrador enfrenta la peor crisis de su gobierno, las causas: insensibilidad de los equipos de salud y hacienda al dejar de adquirir medicamento para niños con cáncer.

El bicho, como dijo el presidente, les cae como anillo al dedo, durante tres meses y medio todo fue coronavirus en la agenda de la opinión pública.

Se anulan los temas de menores muriendo por insensibilidad, los enfermos en Pemex con medicamento contaminado, el incremento en la violencia por delincuencia organizada y la caída de indicadores en la economía del país; todo se reduce al bicho.

El secretario de salud, un hombre con prestigio, no acepta ser vocero de las parodias en las mañaneras, se usa a López-Gatell, subsecretario en materia de epidemias como fusible frente a la inoperancia gubernamental.

Poner al curandero al frente de la contingencia da buenos resultados mediáticos, los resultados en salud pública, esos no importan; lo valioso es mantener el circo y a los chairos con un guion para defender al gobierno de la 4T.

Conocedor de las formas de reaccionar por parte de los medios y con un cuero más duro que elefante, el presidente coloca su prestigio y capital político de por medio. Así aseguró que la estampita religiosa le daba inmunidad, luego pide salir a comer en las fonditas.

Mantiene el control en los medios diciendo que ser honesto y leal son valores axiológicos que impiden el contagio del bicho, siempre usando la crítica a su favor.

Entre parodia y parodia, cuando las crisis aprietan, se implementa una cortina de humo, incluso, pretendiendo reformas constitucionales antidemocráticas y destinadas a consolidar a la 4T en una dictadura perfecta.

El «rock star» llamado Hugo López es el fusible apropiado, visto como galán, aparece leyendo poesía, en revistas del corazón y con entrevistas rosas sobre su vida personal, sobre el bicho ni se hablaba.

El curandero se desgastó, el fusible está a medio fundir, le pasa igual que al comediante quien repite tres o cuatro veces un chiste ante el mismo público, primero gusta a todos, luego a menos y al final a pocos.

El gobierno de la 4T hace agua, la popularidad de los López baja en preferencias, la gente teme al contagio, a los delincuentes callejeros armados hasta los dientes y, a ser víctima de un fuego cruzado entre delincuentes y policías, como sucedió en la CDMX en el intento de homicidio al secretario de seguridad.

En algo que sí acierta López, el curandero, es que Nuevo León no podría entrar a la normalidad, las críticas le llovieron pues hace tres semanas, cuando lo afirmó, era una entidad modelo en prevención de contagios; sus vaticinios se cumplen, hoy los infectados alcanzan cifras alarmantes, de miedo.

Las gracejadas de López ya no hacen reír, de seguir las tendencias, el gobierno de la 4T pierde en 2021 la mayoría en San Lázaro, eso obliga al gobernante a jugar rudo; a pretender controlar al INE y su poder para administrar el proceso electoral en ciernes.

Descubre López, el presidente, que la cara simpática y las bufonadas de López, el curandero, son como los malos chistes que se cuentan repetidamente.

Los mexicanos temen al contagio, los que se cuidan, salen con miedo cuando la situación obliga, saben que no hay políticas públicas definidas por la 4T contra el bicho, entienden que existe el riesgo de ni siquiera aparecer en las maquilladas cifras y porque ante el contagio, no hay un sector salud al cual acudir.

El bicho contagió a la 4T y se nota en la desconfianza del pueblo medida en las encuestas.

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