Por salud emocional, siguiendo las recomendaciones del gobierno sobre la programación que se ve en el televisor durante la pandemia, poco veo las mañaneras; ayer la vi, el presidente habló desde Chiapas en el marco del arranque de obras del tren Maya.
Durante la rueda de prensa, el presidente en su calidad de mandatario, como servidor público, ofendió, insultó y denostó a medios de comunicación y a grupos de personas.
Es una violación a los derechos humanos en México y cualquier parte del mundo donde los tratados internacionales y los mandatos de la ONU tienen vigencia.
Acusó a dos medios impresos de mentir, de ser conservadores, de manipular la información para proteger a los corruptos.
Las expresiones violan los derechos humanos, ameritan una amonestación por parte de la dependencia encabezada por Rosario Piedra Ibarra.
Es en perjuicio de la democracia tener instituciones, supuestamente autónomas, operando al servicio de quienes debiera sancionar, es el caso del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
El presidente en su calidad de servidor público viola la Constitución, por ello el INDH debiera emitir una recomendación, pero su directora es subordinada a la 4T.
Al acusar al medio de manipular la información, viola los artículos primero, sexto y séptimo constitucionales, así como incurre en difamación.
El artículo primero reza: «Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género…, …condición social…, …las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas».
Se viola el derecho a tener opiniones propias, sean los medios o los autores de las notas.
Entiéndase que no se trata de defender a medios quienes pueden defenderse solos o en casos, merecen el disgusto de sectores de la sociedad con ellos, la defensa es a las libertades individuales e institucionales consagradas en la Constitución, hoy son ellos, mañana cualquier ciudadano quien discrepe de la versión presidencial.
La violación está por ser servidor público, según el mismo artículo primero: «Todas las autoridades…, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley».
Junto a la transgresión anterior a los medios, reiteradamente habla de «los conservadores» identificados éstos como todo aquel que critica a su gobierno; vaya, en la definición presidencial, en este momento soy conservador, aunque haya votado por él y simpatice con proyectos como el tren Maya.
Con la 4T no hay posibilidad de libertad del pensamiento ni espacio donde cuestionar sus acciones, se debe ser fanático para no ser atacado por los adeptos.
El gobierno está obligado a proteger los derechos humanos, a garantizar que las libertades e igualdad de todos los mexicanos se cumplan, lamentablemente, entre los múltiples excesos de la 4T están el incumplimiento a la Constitución, la postura absolutista de pensar que sólo su verdad es verdad, la incitación a la violencia social al estigmatizar a la mitad de los mexicanos y las acusaciones infundadas a los diferentes.
Surgido desde la izquierda, este gobierno es inconsistente por discriminar a los diferentes, sólo por ser diferentes.
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