Violencia

10 marzo, 2022 | publicado por:Óscar Tamez Rodríguez

La violencia es una actitud adquirida dentro de una sociedad, es resultado de la interacción del individuo con su entorno, entendiendo por entorno a la familia, barrio, amigos y sociedad.

No abundaré en las teorías de la inteligencia emocional y la inteligencia social escritas por Daniel Goleman y donde el primer libro se convierte en boom para México en 1997 cuando se publica su primera edición en español.

Goleman escribe la mayor innovación en materia de psicoeducación desde que Howard Gardner publicara en la segunda mitad del Siglo XX su obra denominada Las inteligencias múltiples.

Lo valioso de estas teorías para efecto de la columna Política e Historia es que las emociones y sus efectos son consecuencia de factores sociales y emocionales que las desencadenan, así, la violencia no es una causa sino un efecto de la interacción socioemocional del individuo con su entorno.

La violencia suscitada en Querétaro y la que vivimos en las calles de muchas ciudades en el país es consecuencia no causa; deriva de múltiples factores que afectan las emociones y surge por la interacción social de las personas.

En los 80 del siglo pasado, Santiago Genovés realizó un estudio sociológico en el cual embarcó a mujeres y hombres durante un largo tiempo en una barcaza precaria. 

La finalidad era demostrar que la violencia no era algo natural, sino adquirida y derivada de las interacciones personales. Agreguemos que en una misma familia podemos encontrar personas violentas y otras no violentas.

Por lo anterior y las teorías citadas, podemos afirmar que la violencia es un mal social adquirido desde dentro de la misma sociedad.

La forma de evitar su proliferación quedó establecida en el Contrato Social, donde Rousseau plantea que en las sociedades democráticas debemos sujetarnos al bien común y cancelar nuestras libertades para ponderar las libertades aprobadas por la colectividad; aquello que se sale del estándar de las libertades predefinidas por una comunidad entra en el terreno de lo ilegal, mucho de ello en el terreno de la violencia.

Violencia es todo aquello que transgrede a una comunidad, para algunos países asiáticos, reír a carcajadas en la vía pública es una forma de violencia. En algunos otros países, las expresiones que no favorecen la inclusión son violentas; en una palabra, hay condiciones de violencia conforme a los grupos sociales.

En la sociedad mexicana se vive la violencia en forma permanente, en las expresiones de algunos gobernantes quienes agreden verbalmente a quienes piensan diferente; en las calles con actos y expresiones que atentan contra las mujeres; en las escuelas con quienes viven alguna discapacidad o condición de diferente.

Somos herederos de una sociedad forjada en la violencia y urge cambiar esto. Cargamos con la herencia de ser hijos maltratados, esposas agredidas, adultos mayores segregados, excluidos por la condición sexual, económica, social o color de piel (aunque en la Constitución diga lo contrario).

Para erradicar la violencia debemos empezar por dejar de ser violentos. Nada de ella en el hogar, en el trabajo, en las calles, entender que, con nuestros actos además de violentar, engendramos violencia.

Seguiremos viendo homicidios irracionales, golpizas atroces, gritos, bofetadas y sometimiento a los débiles mientras no dejemos de formar generaciones de violentos quienes, con dos tragos de alcohol o consumo de otras drogas, liberan la violencia que reprimen diariamente.

La violencia no es por generación espontánea, se cultiva en cada persona y brota cuando liberamos las emociones.

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